Interés superior del niño o adolescente

El principio rector de la legislación y de las decisiones judiciales tomadas respecto de menores de edad es el denominado “Interés superior del niño o adolescente”. Este principio, presente en la Declaración Universal de los Derechos del Niño, consagrado a propósito de los aspectos esenciales que deben tomarse en consideración al promulgarse leyes que garanticen el desarrollo físico, mental, moral, espiritual y social de los menores de edad; asimismo, presente en la Convención sobre los Derechos del Niño, donde se forja desde una nueva perspectiva , esto es, dejan de ser vistos, los menores, como propiedad intrínseca de sus progenitores, beneficiarios pasivos de su actuar; para pasar a ser considerados como sujetos de derechos. El menor de edad es considerado un sujeto autónomo, integrante de una familia, de una comunidad y una sociedad, con derechos y responsabilidades adaptados a la etapa de desarrollo en la que se encuentra.

En nuestro derecho, este principio  se encuentra expresamente consagrado en el artículo 16 de la Ley de Tribunales de Familia 19.968; es delimitado en cuanto a que su objetivo es  que a  todos los niños, niñas y adolescentes que se encuentren en el territorio nacional, les es garantizado, el ejercicio y goce pleno y efectivo de sus derechos y garantías.

Así, aplicar este principio, implica que a nivel legislativo, toda ley que emane de la República debe velar por el desarrollo integral de los menores de edad, asimismo, toda resolución que emane de nuestros Tribunales debe procurar que sea aquella que, a propósito de distintos juicios: cuidado personal, relación directa y regular, violencia intrafamiliar, vulneración de derechos, e incluso pensión de alimentos; constituya la cual permita al menor el máximo desarrollo posible de sus potencialidades físicas, psicológicas, emocionales, intelectuales, etc. Y la máxima satisfacción de sus necesidades en los diferentes aspectos de su vida.